Agua y clima

El derecho al agua es un tema que (Re)sources lleva promoviendo y defendiendo desde 2005, como derecho fundamental para el desarrollo humano.

Las alteraciones del ciclo del agua afectan a toda la actividad humana, con consecuencias globales: acceso al agua potable, salud, seguridad alimentaria, agricultura, desarrollo económico y progreso social. Al reforzar las desigualdades entre territorios, amenazan la estabilidad de los países.

En su Quinto Informe, el IPCC vuelve extensamente sobre este papel del agua, afirmando que es "probable que la influencia humana haya afectado al ciclo global del agua desde 1960". Aunque una de las principales limitaciones de las observaciones del IPCC, que menciona, es la dificultad de diferenciar la acción de la perturbación climática de otros factores, señala que "se ha detectado influencia humana en el calentamiento de la atmósfera y los océanos, en los cambios en el ciclo global del agua, en la reducción de la cubierta de nieve y hielo y en el aumento medio global del nivel del mar". Así pues, el agua desempeña un papel cada vez más importante en los informes del IPCC, reflejando a la vez su función de "intermediario preferente" de los efectos del cambio climático y de marcador del cambio climático. El GTIII le dedica un capítulo entero, el 3 "Recursos de agua dulce", en el que se hace balance de todas las presiones causadas o reforzadas por el cambio climático.

Pero el agua también está presente en todos los capítulos. El agua está directamente implicada en siete de los ocho riesgos clave mencionados:

  • Riesgos en las zonas costeras bajas como consecuencia de tormentas, inundaciones y subida del nivel del mar, que afectan a los medios de subsistencia;
  • Riesgos para las grandes poblaciones urbanas en zonas inundables ;
  • Interrupción sistémica de servicios críticos como consecuencia de fenómenos extremos (incluidos los servicios de agua potable y saneamiento, por ejemplo);
  • Inseguridad alimentaria vinculada sobre todo a las sequías ;
  • Escasez de agua para los agricultores;
  • Cambios en los ecosistemas marinos y costeros que afectan a las poblaciones árticas y tropicales ;
  • Daños en los ecosistemas de humedales y sus consecuencias ;
  • El octavo riesgo citado se refiere a las "olas de calor", que también repercuten en el suministro y la demanda de agua.

Más allá de 2 °C de calentamiento con respecto a 1990, cada grado podría provocar una reducción del 20% de los recursos hídricos renovables para al menos el 7% de la población mundial. Aproximadamente el 80% de la población ya se ve afectada por la inseguridad hídrica (disponibilidad, demanda, contaminación).

Por lo tanto, es probable que los trastornos climáticos reduzcan los recursos hídricos renovables del planeta (aguas superficiales y subterráneas), exacerbando los conflictos entre usos, principalmente en las zonas intertropicales secas, mientras que en las latitudes altas se espera que aumenten los recursos hídricos.

El dinamismo demográfico mundial aumenta mecánicamente la demanda de agua y, por tanto, la presión sobre los recursos. A este crecimiento "digital" se añaden profundos cambios en las estructuras socioeconómicas, avances técnicos y cambios en el estilo de vida.

En muchas regiones, el cambio climático es un factor determinante del aumento de la demanda de agua en el sector agrícola, que es el mayor consumidor de agua, con un 90% del agua utilizada para riego a escala mundial.