Derecho a la energía

El derecho al agua es un tema que (Re)sources lleva promoviendo y defendiendo desde 2005, como derecho fundamental para el desarrollo humano.

El derecho a la energía en los llamados países en desarrollo para romper el círculo vicioso de la pobreza

La cuestión del acceso a los servicios esenciales está en el centro del debate sobre los derechos humanos. Está vinculada a la aparición a escala mundial de la noción de derechos esenciales y bienes públicos mundiales, que se sustentan en el principio de que todo ser humano tiene derecho a los servicios esenciales, incluida la electricidad.

El acceso a la energía afecta a la productividad, la salud, la educación, el cambio climático, la seguridad alimentaria e hídrica y los servicios de comunicaciones.

A medio camino entre la actividad industrial y comercial y la satisfacción de las necesidades sociales, la energía requiere un enfoque especial. El acceso a ella debe considerarse como un elemento esencial del desarrollo, y no sólo como una cuestión de caridad o solidaridad, sino como un medio de romper el círculo vicioso de la pobreza.

La disponibilidad y el acceso a la electricidad es, por tanto, un elemento clave en la lucha contra la pobreza. En términos de reconocimiento social y político, tener acceso al agua y a la electricidad cuando se vive en un asentamiento informal o considerado ilegal significa a menudo pasar de la condición de paria a la de ciudadano.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible hacen concebir esperanzas de acceso universal a la energía

En 2013, en la Cumbre Mundial sobre la Energía del Futuro, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, pidió que la "Energía Sostenible para Todos" se convirtiera en una de las principales preocupaciones de los gobiernos.

En 2015, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, anunció la creación de un nuevo organismo para promover el acceso universal a la energía sostenible, en particular para facilitar la futura aplicación del nuevo programa de desarrollo de la Organización. Por ello, las Naciones Unidas han adoptado una meta sobre energía, el Objetivo 7, que pretende garantizar que para 2030 todo el mundo tenga acceso a servicios energéticos fiables, modernos y asequibles. Las metas incluyen aumentar la cuota de energías renovables, duplicar la tasa mundial de eficiencia energética y desarrollar las infraestructuras, en particular para los países menos desarrollados.

"La energía es el hilo conductor que une el crecimiento económico, la equidad social y un medio ambiente sano. Acojo con gran satisfacción la inclusión del Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 sobre energía [en la futura Agenda de Desarrollo 2030]".

Ban Ki Moon, Secretario General de las Naciones Unidas en 2015

Recomendaciones para (re)fuentes

  • El derecho a la electricidad debe ser reconocido del mismo modo que el derecho al agua y al saneamiento, como un derecho humano fundamental. Para ello, hay que estimar las necesidades, país por país, y elaborar un inventario de los elementos que constituirían este derecho: calidad, disponibilidad, accesibilidad, continuidad, recuperación de costes, como se hizo para el derecho al agua.
  • También tenemos que identificar a las personas que se encargarán de garantizar que este derecho se haga realidad y no se quede en una mera aspiración.