En algunas regiones, los cambios culturales y climáticos están provocando una reducción de los recursos hídricos disponibles.
Aunque el cambio climático no sea la causa principal de la crisis del agua, podría tener un impacto muy negativo sobre los recursos hídricos y su gestión, al ejercer una presión cada vez mayor sobre las aguas superficiales y subterráneas. Se prevé que el cambio climático afecte a la cantidad y la calidad del agua. Los períodos de sequía, inundaciones, huracanes y monzones son cada vez más graves y afectan sobre todo a la población de los países en desarrollo. En las zonas costeras, los efectos del cambio climático se verán exacerbados por la subida del nivel del mar y el descenso del nivel de las aguas subterráneas, lo que podría provocar la intrusión de agua salada en los acuíferos costeros.
ONU-Hábitat señala que más de 3.300 ciudades con más de 380 millones de habitantes viven en zonas costeras a menos de 10 metros sobre el nivel del mar. Las estimaciones de migrantes climáticos oscilan entre 200 y 700 millones de personas para 2050, según la Organización para las Migraciones.
El mundo se enfrenta a una urbanización y un crecimiento demográfico sin precedentes, principalmente en los países en desarrollo. En 2008, la humanidad alcanzó un hito: más de la mitad de la población mundial vive en zonas urbanas. Para 2030, se espera que la población urbana de África y Asia duplique la del año 2000, y las ciudades de los países en desarrollo representarán casi el 80% de la población mundial. Las ciudades de los países en desarrollo se están expandiendo a ritmos comparables a los de las ciudades europeas del siglo XIX, y están experimentando las mismas dificultades, sobre todo la falta de acceso a servicios básicos como el agua y el saneamiento.
Esta explosión demográfica está ejerciendo presión sobre el acceso al agua y el saneamiento y aumentando la degradación de los recursos. En las últimas décadas, la demanda de agua ha crecido el doble de rápido que la población, lo que ha provocado una escasez generalizada y crisis hídricas.
También existen grandes disparidades en el acceso al agua y al saneamiento entre las zonas urbanas y rurales, y entre los hogares urbanos pobres y ricos. En general, el acceso al agua y al saneamiento es relativamente mejor en las zonas urbanas que en las rurales, aunque el acceso al agua y al saneamiento progresa menos rápidamente en las ciudades debido al crecimiento urbano.
* Establecer indicadores para controlar el impacto del cambio climático en los recursos hídricos , tanto en términos de calidad como de cantidad.
* Integrar las medidas de adaptación en las políticas de preservación y utilización de los recursos hídricos a escala nacional y regional.
* Abordar el importante problema de las "viviendas informales" en las zonas urbanas, porque las consecuencias sociales y medioambientales del abandono político de estas zonas serían dramáticas.
* Aumentar la financiación para la ampliación de las infraestructuras de agua y saneamiento.
* Gestionar la contaminación de los recursos hídricos para permitir la reutilización de los recursos inmediatamente disponibles.
* Sensibilizar a todas las partes interesadas sobre la importancia del saneamiento (educación sobre el agua y el saneamiento, acciones para capacitar a las mujeres, etc.).