Seguridad del agua y los alimentos

Equilibrar las necesidades de la población y la agricultura es otra cuestión clave del agua.

La creciente población mundial amenaza la seguridad alimentaria

Con una población mundial que alcanzará los 9.000 millones de habitantes en 2050, urge considerar las consecuencias que ello tendrá en términos de presión urbana y aumento de las necesidades alimentarias. A este ritmo, la demanda de agua aumentará en 64.000 millones de metros cúbicos al año de aquí a 2050. ¿Cómo podemos alimentar el planeta y satisfacer al mismo tiempo la necesidad imperiosa de acceso al agua y al saneamiento? ¿Serán suficientes los recursos?

Muchos factores explican el aumento del consumo de agua: el crecimiento de la población mundial, el aumento del nivel de vida y el desarrollo del regadío correlativo a una mayor producción de alimentos. En muchas partes del mundo, la escasez de agua se agrava y aumenta el estrés hídrico. En estas situaciones de escasez, ¿debe favorecerse un uso en detrimento de otro? Hay que tener en cuenta todas las necesidades: la sociedad sólo es viable si la gente puede vivir y alimentarse. No se trata de enfrentar campo y ciudad, ciudad y suburbio, sino de organizarse.

Equilibrar los distintos usos del agua

En todo el mundo, sólo el 10% del consumo de agua es para uso personal o doméstico. El 70% del consumo se destina a la agricultura y el 20% a la industria o la producción de electricidad. Garantizar el derecho al agua, especialmente en un contexto de escasez de recursos, implicará por tanto priorizar los diferentes usos del agua y los volúmenes asignados a los mismos.

Se plantea un doble dilema: aumentar los recursos hídricos equilibrando el uso agrícola, industrial y doméstico, y respetar el medio ambiente en el que se vierten los recursos hídricos.

Soluciones para mejorar la seguridad alimentaria en los llamados países en desarrollo

Existen soluciones, según los países y las necesidades, con la mejora de las semillas, la adopción de mejores prácticas agrícolas y la reutilización de las aguas residuales. Se trata de desperdiciar menos alimentos, cambiar los hábitos alimentarios y producir de otra manera, en particular mejorando las técnicas de riego. Unos suelos mejor gestionados, unos recursos preservados y unas pautas de producción y consumo más razonadas pueden contribuir a garantizar la seguridad alimentaria.

Además, la aplicación de tarifas incentivadoras para los agricultores está en el centro de las reformas en varios países, como en Marruecos a través del Plan Verde lanzado en 2008. Prevé un sistema de incentivos financieros y procedimientos administrativos simplificados para la concesión de subvenciones en el marco del programa nacional de ahorro de agua.

Para saber más, lea el resumen de la conferencia "Reconciliar la seguridad alimentaria y el acceso al agua", organizada por (Re)sources en el Foro Mundial del Agua de 2009.

Recomendaciones para (re)fuentes

* Pasar de la gestión de los conflictos de uso a una organización basada en la conciliación y optimización de los usos sucesivos del agua.

* La reutilización (previo tratamiento) de las aguas residuales urbanas es un recurso perenne para usos agrícolas e industriales.

* Su uso en circuitos cortos para regar tierras de cultivo está fomentando el desarrollo de la agricultura periurbana, que está llamada a convertirse en el granero de las ciudades.