Agua y energía

Hoy en día, el agua y la energía son dos recursos interdependientes que requieren un lugar clave en la agenda post-2015.

Agua y energía: dos fluidos que determinan el acceso al desarrollo en los países más vulnerables

El agua y la energía son dos fluidos muy distintos: mientras que la energía se consume y desaparece, el agua dulce sigue un ciclo permanente y puede reutilizarse varias veces. Sin embargo, la producción de agua y la de energía están íntimamente ligadas. No hay producción de energía sin agua, y no hay agua limpia sin energía.

La cuestión energética es crucial desde el punto de vista social, porque en los llamados países en desarrollo determina el acceso a la sanidad, la educación y las formas modernas de comunicación. También determina el acceso al agua de calidad: cuando la energía llega a una zona, permite acceder a la cantidad de agua necesaria tanto para el consumo humano como para las actividades productivas. El acceso a la energía y el acceso al agua, como motores de actividad y generadores de riqueza, son cuestiones económicas y políticas clave en la lucha contra la pobreza.

Fomento de la gestión concertada del agua y la energía en los países en desarrollo

Hay tres posibles áreas a considerar:

* Soluciones técnicas

Para reducir el consumo de energía en la producción de agua, tenemos que desarrollar técnicas de reciclado de aguas residuales, construir plantas de tratamiento lo más autosuficientes posible y desarrollar nuevas tecnologías de desalinización que consuman menos energía y utilicen la cogeneración.

Para reducir el consumo de agua destinada a la producción de energía, los operadores privados y públicos deben reducir los volúmenes utilizados desarrollando procesos de reciclado del agua de producción y de tratamiento de los vertidos de aguas residuales. Un ejemplo es el desarrollo de centrales termoeléctricas de refrigeración cerrada, que consumen menos agua.

* Sinergias locales

Lo que está en juego es local, ya sea en términos de producción o de distribución. Esto significa fomentar la interacción entre el agua y la energía a través de los agentes locales, ya sean industriales, operadores, autoridades locales o financieros.

Además de organizar la transferencia de conocimientos técnicos, los agentes locales deben informar a la sociedad civil y a las comunidades locales sobre los problemas que plantea la preservación de los recursos, así como sobre los costes reales de los servicios.

También hay que fomentar los sistemas de igualación de todo tipo entre todos los sectores. En algunos países, como Marruecos, la electricidad paga el agua. Las tarifas eléctricas, reunidas en un contrato único, pagan el agua, que está sujeta a una tarifa social inferior a su coste de producción.

* Compromisos políticos

El primer compromiso político es a escala nacional. Hoy en día existe una necesidad real de estimar las necesidades de agua y energía, país por país, por sector y por uso del agua o la energía.

Del mismo modo, el agua y la energía deben integrarse en las políticas multisectoriales de ordenación del territorio. En algunos países, las instituciones u órganos de gestión institucional del agua y la energía dependen de un único ministerio.

A escala internacional, debemos apoyar una legislación vinculante en materia de obligaciones, como la obligación de reciclar las aguas industriales, sobre todo las de producción de petróleo, y endurecer las normas de vertido de aguas contaminadas para contribuir a preservar los recursos hídricos.

Por último, es importante que el Banco Mundial y otros donantes den prioridad a la financiación de proyectos de infraestructuras combinadas de agua y electricidad. Estas propuestas de financiación y contratación cruzada deberían incluir objetivos de optimización y formación.

Recomendaciones para (re)fuentes

(Re)sources se anticipó al debate actual sobre el vínculo entre agua y energía, ya que este tema fue objeto de su primera conferencia en 2004. (Re)fuentes sostiene que :

* El acceso a la energía es un requisito previo para el acceso al agua potable.

* El derecho a la energía debe ser reconocido al mismo nivel que el derecho al agua y al saneamiento como derecho humano fundamental.

* Existe un estado de interdependencia entre el agua y la energía que se relaciona con los derechos humanos y que debe conducir al desarrollo de una gobernanza conjunta (a nivel local e internacional) de estos servicios esenciales.

* Es esencial conservar estos dos recursos y promover su gestión concertada para garantizar un abastecimiento sostenible y asequible.

* Debe darse prioridad a la financiación de proyectos de infraestructuras combinadas de agua y electricidad (para reducir el consumo de energía para la producción de agua y para reducir el uso y consumo de agua para la energía), al establecimiento de sinergias (por ejemplo, sistemas de equiparación de tarifas entre el agua y la energía) y a la adopción de una legislación más estricta en materia de normas de vertido.

* Es necesario establecer sinergias locales entre los agentes implicados (fabricantes, operadores, autoridades locales, financiadores), que deben colaborar más estrechamente para encontrar palancas de actuación sobre el terreno.