La cuestión energética es crucial desde el punto de vista social y societal, ya que contribuye a una serie de factores: reducir la pobreza mediante el desarrollo económico, mejorar la salud mediante métodos de cocina limpios o la electrificación de los dispensarios, garantizar la seguridad alimentaria, mejorar el acceso al agua mediante el funcionamiento de las instalaciones -sin energía, no hay agua potable- y, por último, contribuir a la educación y a la protección del medio ambiente. Este vínculo tan estrecho con el desarrollo explica hoy la creciente movilización de los distintos agentes y partes interesadas en torno al tema del acceso a la energía y la electrificación, especialmente en África en la actualidad.
Además, el crecimiento de la población unido a los nuevos estilos de vida en algunos países emergentes están teniendo un gran impacto en la disponibilidad de recursos energéticos. La demanda mundial de energía aumentará en más de un tercio de aquí a 2035, y China, India y Oriente Medio representarán casi el 60% del incremento. El aumento de la electricidad se estima en torno al 70% de aquí a 2035.