La densidad de las ciudades del Sur hace que la población sea especialmente vulnerable a las catástrofes relacionadas con el cambio climático (inundaciones, sequías, ciclones, etc.). En los barrios de chabolas, la calidad de las viviendas y las estructuras físicas no preparan a los habitantes para protegerse de los riesgos climáticos. Con más de la mitad de las ciudades de África y Asia situadas en la costa o cerca de ella, el número de personas afectadas cada año por las inundaciones en las zonas costeras va a aumentar, superando la cifra actual de 10 millones debido a la subida prevista del nivel del mar. Las zonas muy pobladas y de baja altitud corren especial peligro.
También se prevé que las consecuencias del cambio climático afecten a la salud de millones de habitantes pobres de las ciudades a través del aumento de la malnutrición, las enfermedades relacionadas con las olas de calor, las inundaciones, las tormentas, los incendios y las sequías. A pesar de las predicciones y de la magnitud de los trastornos previstos, persiste la incertidumbre sobre la realidad del impacto del cambio climático. Esta incertidumbre dificulta las previsiones y tiende a ralentizar la toma de decisiones sobre las estrategias de desarrollo. En respuesta a estas incertidumbres, se ha desarrollado el concepto de inversiones sin arrepentimiento, cuya característica distintiva es que dan lugar a rendimientos positivos sea cual sea el escenario climático.