Cambio climático

El impacto del cambio climático en el acceso a los servicios urbanos esenciales

La densidad de las ciudades del Sur hace que la población sea especialmente vulnerable a las catástrofes relacionadas con el cambio climático (inundaciones, sequías, ciclones, etc.). En los barrios de chabolas, la calidad de las viviendas y las estructuras físicas no preparan a los habitantes para protegerse de los riesgos climáticos. Con más de la mitad de las ciudades de África y Asia situadas en la costa o cerca de ella, el número de personas afectadas cada año por las inundaciones en las zonas costeras va a aumentar, superando la cifra actual de 10 millones debido a la subida prevista del nivel del mar. Las zonas muy pobladas y de baja altitud corren especial peligro.

También se prevé que las consecuencias del cambio climático afecten a la salud de millones de habitantes pobres de las ciudades a través del aumento de la malnutrición, las enfermedades relacionadas con las olas de calor, las inundaciones, las tormentas, los incendios y las sequías. A pesar de las predicciones y de la magnitud de los trastornos previstos, persiste la incertidumbre sobre la realidad del impacto del cambio climático. Esta incertidumbre dificulta las previsiones y tiende a ralentizar la toma de decisiones sobre las estrategias de desarrollo. En respuesta a estas incertidumbres, se ha desarrollado el concepto de inversiones sin arrepentimiento, cuya característica distintiva es que dan lugar a rendimientos positivos sea cual sea el escenario climático.

Agua y energía, dos componentes multidimensionales en el corazón del cambio climático

El agua y la energía son dos fluidos que están en el centro de la cuestión climática y se entrelazan de forma compleja en el desarrollo de estrategias de mitigación y adaptación. Las ciudades representan hoy el 75% del consumo mundial de energía y producen el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Bajo el efecto combinado del aumento de la población urbana, el cambio de las condiciones meteorológicas locales y el crecimiento económico, la demanda de energía podría aumentar considerablemente. Si bien la energía está en el centro de la problemática del cambio climático, sobre todo por la magnitud de su impacto en el medio ambiente, también ofrece innegables posibilidades de actuación para paliar sus efectos (hidroelectricidad, energías renovables, eficiencia energética en las infraestructuras, etc.).

Los recursos hídricos, que se verán muy afectados por el cambio climático tanto en cantidad como en calidad, ocupan un lugar destacado en las estrategias de adaptación debido a los ámbitos de intervención multidimensionales (reducción de fugas en las redes, mejora de los métodos de gestión del agua, gestión del riesgo de inundaciones). Al igual que ocurre con la energía, la demanda de agua en las ciudades, en particular, va a aumentar como consecuencia del incremento de las olas de calor y del crecimiento demográfico. El impacto del cambio climático en las precipitaciones y el nivel del mar también podría repercutir en el tratamiento y la calidad del agua en las ciudades.

Adaptarse al cambio climático y crear las condiciones para la resiliencia

Las estrategias de adaptación adquieren una dimensión crucial en las ciudades en desarrollo, donde la pobreza es un factor importante de vulnerabilidad. La preservación y el refuerzo de las infraestructuras de acceso a los servicios esenciales, el desarrollo de sistemas de alerta precoz y la utilización de energías renovables contribuyen a garantizar la resiliencia de las ciudades frente al cambio climático.

Si bien la mitigación parece ser una cuestión global, la aplicación de políticas para responder a los impactos del cambio climático en las ciudades es principalmente responsabilidad de los gobiernos locales, y debe implicar la movilización de las partes interesadas sobre el terreno, con los ciudadanos sin duda en primera línea. Varios países están preparando "programas nacionales de acción para la adaptación al cambio climático", y están surgiendo varias iniciativas, como el programa de la Fundación Rockefeller, que pretende reducir los impactos socioeconómicos de los riesgos climáticos y la vulnerabilidad de las poblaciones más pobres mediante la planificación, coordinación y aplicación de estrategias de resiliencia de las ciudades.

Desde 2015, la Asamblea de las Naciones Unidas (objetivo 11 propuesto como parte de los ODS), la COP21 y próximamente la COP22 también han llamado la atención de los responsables de la toma de decisiones sobre la urgente necesidad de construir ciudades sostenibles y resilientes.

Hitos

* El 90% de las catástrofes naturales están relacionadas con el agua (UNESCO). El agua es el primer recurso afectado por el cambio climático.

* La agricultura es el mayor consumidor de agua del mundo, con un 70% del agua utilizada para la producción agrícola de secano y regadío (IWMI).

* El sector energético es el segundo consumidor mundial de agua (OCDE/EIA).

* En 2025, 1.800 millones de personas vivirán en países o regiones con escasez absoluta de agua (menos de 500 m3 por persona y año) (FAO).
Los ecosistemas de agua dulce perdieron el 76% de sus especies entre 1970 y 2010 (WWF).

* La comunidad internacional inició las negociaciones sobre el clima en la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992.
El Protocolo de Kioto, adoptado en 1997, establece compromisos vinculantes de reducción para los países industrializados.

* Según el 5º informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), las emisiones de GEI aumentaron un 2,2% entre 2000 y 2010. A este ritmo, el umbral de calentamiento de 2 grados se alcanzará ya en 2030.

* La subida del nivel del mar es una de las principales preocupaciones debido a la concentración de zonas urbanas frente al mar.

* En 2025, 1/3 de la población mundial podría sufrir estrés hídrico.

* Durante la COP21, se restó importancia al tema de la adaptación, mientras que se dio prioridad a la mitigación.

* Marruecos desea dar un lugar al agua tanto en términos de mitigación como de adaptación. El país ha identificado el agua, la energía y la agricultura como áreas prioritarias, en respuesta a las necesidades de sus poblaciones, especialmente las africanas.